¿A cuántas personas crees que conoces realmente?
Si existe algo difícil en el mundo es conocer a alguien, y lo que es una auténtica ilusión, es creer que se conoce a una persona completamente, en toda su complejidad. Da igual que sean tus padres, tus hijos, tu pareja o tu amigo de toda la vida, sólo en casos muy excepcionales puede llegarse a conocer profundamente a alguien.
Si pretendemos hacer un análisis de
la personalidad de una persona, partiremos sin duda de la parte más superficial
y aparente, con la que poder hacernos una idea de cómo es realmente esa
persona, aunque, como veremos, la simple imagen de una persona, aunque puede
darnos datos de su personalidad, es bastante más complejo que lo parece
realmente, ya que en esta imagen, se trasladan tres “identidades” de la misma
persona: la imagen que pretendo proyectar, la imagen que realmente proyecta y
la que el otro percibe, y en ninguna de las tres se revela la identidad real de
una persona en toda su complejidad.
Los contextos en que una persona se encuentra influyen en las características de la identidad que se posicionan en primer plano. Por ejemplo, si hay personas que se relacionan con otras personas en el trabajo, recibirán las características de nuestra personalidad que muestre en su actividad laboral (siendo positivos, esa persona se mostrará como una persona eficiente, colaboradora, seria, etc.). Si por el contrario la relación se establece viendo un partido de futbol de su equipo favorito, las características de la personalidad que se muestren serán otras, posiblemente distintas, y así sucesivamente.
Estas características de nuestra personalidad pueden repetirse en distintos contextos o pueden aparecer y desaparecer dependiendo de dónde nos encontremos o qué estemos haciendo, esto no quiere decir que las personas utilicen una forma u otra de comportarse premeditadamente dependiendo del lugar en el que se encuentren, sino que el ser humano es tan complejo que se muestra de la forma en que será mejor aceptado por el resto de personas, perdiendo su individualismo en favor de la masa.
Las características de la “masa” han
sido ampliamente estudiadas por las ciencias sociales. La masa se mueve en el
plano emocional, donde la necesidad de ser aceptado por el grupo es principal,
en ese caso es la masa la que determina el comportamiento de esa persona. Como
dijo Aristóteles el ser humano es un ser social, y (esto ya lo digo yo) en el
castigo lleva la penitencia.
Cada ser humano es distinto
dependiendo del plano en el que interactúe, excepto los gilipollas que son
gilipollas en cualquier sitio.
“La multitud es impulsiva, versátil e irritable y se deja guiar casi por
lo inconsciente” Sigmund Freud