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miércoles, 27 de junio de 2018

LIBERTAD DE PENSAMIENTO. ÚLTIMO RESQUICIO DE LIBERTAD.


Se habla mucho de la libertad de expresión, pero, a mi entender lo verdaderamente importante es la libertad de pensamiento. Para desarrollar esta idea me centraré en dos citas, la primera de Anna Frank, célebre por su famoso diario escrito durante el tiempo que permaneció escondida de los nazis,
hasta que fue capturada y posteriormente muerta en el campo de concentración de Auschwitz. En este diario Anna Frank cita “podrán callarnos, pero no pueden impedir que tengamos nuestras propias opiniones”. La segunda es de José Luis Sampedro, famoso filósofo humanista, autor de obras como “La sonrisa etrusca” o “El amante lesbiano”, en una entrevista realizada por eldiario.es el 10 de abril de 2013 dijo: “si lo que usted expresa es un pensamiento que no es propio, que ha adquirido sin convicción y sin pensarlo,
entonces no es usted libre por mucho que le dejen expresarse”.
                Ambas citas, con las que coincido plenamente, hacen hincapié en que la libertad de pensamiento se sitúa por encima de la libertad de expresión, en lo que a libertad se refiere, pero sobre todo Sampedro, va mucho más allá, Sampedro habla de cómo se adquieren esos pensamientos para poder ser libres.
                Vemos una y otra vez, como los medios de comunicación, ha dejado en un segundo o tercer plano para pasar a ser medios de creación de opinión, las ideas se repiten de un informativo a otro, prensa, televisión o radio, todas en manos de las mismos dueños y al servicio de los mismos intereses.
                Las ideas que se difunden a través de los medios, más tardes son oídas en tertulias de bares, charlas con amigos, etc., ejerciendo el efecto de bola de nieve hasta que esa opinión se hace hegemónica en la mayor parte de la población, pero no siempre la verdad es lo que  opina la mayoría.

                Para poder ejercer nuestra libertad expresión, debemos realizar un ejercicio de análisis a la información que se nos facilita a través de los medios de comunicación, contrastarla, ver a quién beneficia dicha información, en definitiva ser críticos para poder sacar nuestras propias conclusiones.
“En el discurso es donde reside el poder,
 porque es el discurso lo que determina lo que es o no verdad.”
Michel Foucault.

miércoles, 20 de junio de 2018

¿SE PUEDE LEGITIMAR EL USO DE LA VIOLENCIA?


Hace unos días, mantuve una conversación a través de una red social, con distintas personas de diferentes ideologías, sobre la legitimación del uso de la violencia. He intentado profundizar tanto en argumentos belicistas como pacifistas, contrastando con la realidad que vivimos y el uso de la violencia a lo largo de la historia, consultando autores como Foucault, Arendt u Ortega y Gasset, que han estudiado el tema en profundidad, intentando sacar una conclusión que vaya más allá de consignas vacías de significado.
Comencemos definiendo el término “Violencia”, para la RAE, es: “Cualidad de violento. Acción y efecto de violentar. Acción violenta o contra el natural modo de proceder”. Esta definición nos lleva a la definición de “Violento”: “Que está fuera de su natural estado, situación o modo.”. La definición de la RAE puede parecer ambigua para analizar el tema que en cuestión, por lo tanto profundicemos en el concepto, para Foucault la “Violencia” implica ejercer la fuerza sobre otros con el objetivo de someterlo y para Hannah Arendt “Violencia” se refiere al daño ejercido sobre las personas por parte de otros seres humanos. Biblioteca de consulta Larousse, en su diccionario de Derecho define el término de “Violencia” como “Fuerza empleada sobre una persona”, en su diccionario de Filosofía como “Fuerza que se ejerce sobre otro y en contra de la voluntad de éste. Se trata de un atentado contra la libertad ajena, que puede ejercerse por medios psíquicos o físicos”  y en su diccionario de Psicología como “Uso exagerado de la fuerza física o psíquica en detrimento de la integridad o la dignidad de otra persona”.
Por lo tanto podemos concluir que para llevar a cabo la “Violencia” debemos ejercer la fuerza sobre alguien, y esta fuerza puede ser física o psíquica, en el siguiente texto me centraré en la “violencia física”.
Viendo estas definiciones podemos comprobar que el término “violencia” es bastante complejo partiendo de su definición.
A lo largo de la historia, el uso de la violencia ha tenido un papel relevante, basta ojear cualquier libro de historia, para observar la cantidad de guerras, rebeliones o revoluciones, asesinatos, agresiones… que se han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad, y siguen sucediendo. Pero el uso de la violencia no es determinante en las relaciones humanas, si fuera así hace tiempo que nos habríamos extinguido.

Esto nos lleva a hacernos una pregunta ¿Se puede legitimar el uso de la violencia?, la violencia no es más que un método de coerción que quien ejerce el Poder utiliza para que quien está sometido a este poder cumpla con lo dictado. Esta idea que puede parecer compleja está a la vista de todos a diario, ¿o la pistola que lleva un Policía no es un claro ejemplo de la violencia que puede llegar a ejercer?
Simplemente con el entrenamiento del ejército o de los distintos cuerpos policiales, podríamos concluir que el uso de la violencia está justificada como técnica de control y persuasión cuando quien la ejerce cuenta con un amplio apoyo popular, representado en los distintos gobiernos encargados de la seguridad y control de la ciudadanía.
Este concepto de “organización de la violencia” únicamente tiene sentido si aceptamos la concepción de Marx del estado como un instrumento de opresión a manos de una clase dominante.
Por lo tanto “justificamos” la violencia si es ejercida por quien está erigido en “protector” de los intereses de la mayoría y la denostamos si es ejercida por quien no tiene la legitimación popular para ejercerla.

El entrenamiento de ciertos cuerpos en el ejercicio de la violencia está legitimado y esperado en sus actuaciones. Arendt, en su Tratado “Sobre la Violencia” escrito en 1969 narra que: “Cuando la policía y la Guardia Nacional atacaron a los estudiantes desarmados (en el “Parque del Pueblo”, en Berkeley) con rifles, bayonetas y helicópteros que arrojaban gas antidisturbios algunos miembros de la Guardia confraternizaron abiertamente con sus “enemigos” y uno de ellos llegó a bajar los brazos y exclamar: “No aguanto más”… “Se le sometió precipitadamente a un examen psiquiátrico y se diagnosticó que padecía de “agresividad reprimida””.
Por lo tanto los encargados de ejercer la violencia, no sólo tienen la justificación para ejercerla sino también la obligación de hacerlo sin cuestionar contra quien la ejercen.
Pero ¿Puede legitimarse la violencia contra quienes tienen el poder de ejercerla?
Según Lila Abu-Loughod todo poder tiene una resistencia que lo contrarresta, para poder justificar la violencia contra quien tiene el poder la Legitimidad de este poder debe cambiar de sentido, es decir el Gobierno debe perder la legitimidad y esta legitimidad debe pasar a manos de quien pretende alcanzar el poder, es la mayoría popular la legitima y deslegitima estos actos.
Los discursos pacifistas (mal entendidos) deslegitiman todo uso de respuesta violenta, pero todos los países cuentan con cuerpos de coerción con capacidad para ejercer la violencia cuando se considera oportuno, estos “pacifistas” de “citas vacías de significado sacadas de internet” deslegitiman la violencia contra las fuerzas coercitivas, no cuestionan la violencia ejercida por estas fuerzas coercitivas.
De todas formas el uso de la violencia siempre se ha justificado como la última salida obligada por las circunstancias. Una famosa cita de Fidel Castro “El camino de la lucha armada no es el camino que han elegido los revolucionarios, es el camino que los opresores le han impuesto a los pueblos”.

A lo largo de la historia, cada vez que la violencia ha brotado de los pueblos oprimidos  la mayoría de las veces ha generado una represión el doble de violenta por parte del poder establecido. Por lo tanto inútil para cambiar el status quo establecido. Cuando la violencia estalla en el pueblo, es similar a un fuego descontrolado que puede acabar con todo, sin embargo la violencia organizada y dirigida desde el Poder, es como un lanzallamas que centra su objetivo acabando con lo que en realidad quiere quemar.
Una revolución no tiene por qué imponerse a sangre y fuego, el valor de la democracia es la oportunidad de cambiar la legitimidad a quien lo merece para que actúe en beneficio de la mayoría.
Podemos concluir, una vez analizado la violencia desde distintos puntos de vista que, para ejercer la “violencia” debe poseerse la legitimidad suficiente y esta legitimidad es otorgada por aquellos sobre los que se ejerce. Todos los países han utilizado y utilizan el ejercicio de la “violencia” como método de control de su población, este método de control es utilizado cuando el resto de métodos “no violentos” falla, para ejercer la violencia sobre quien tiene las herramientas necesarias para ejercerla (el Estado), este debe de perder la legitimidad de quien la otorga. La “violencia” no es una herramienta útil para luchar contra un Estado, ya que la mayoría de las revueltas/revoluciones violentas llevadas a cabo a lo largo de la historia han fracasado siendo reprimidas con más violencia.
“La revolución no es la sublevación contra el orden preexistente, sino la implantación de un nuevo orden que tergiversa el tradicional”
José Ortega y Gasset.

miércoles, 13 de junio de 2018

NO SON INMIGRANTES NI REFUGIADOS, SON PERSONAS.


La crisis provocada por la situación del Aquarius, barco de rescate en el mediterráneo fletado por las ONGs “SOS Mediterranee” y “Médicos Sin Fronteras”, que lleva a bordo 629 personas, rescatadas de una muerte segura en las aguas del mar mediterraneo, ha sacado los más bajos instintos de una parte importante de la población española una vez se ha sabido que el Gobierno ha ofrecido nuestro país como puerto seguro para el atraque de dicho barco.


No voy a reproducir los argumentos que buena parte de nuestros compatriotas han utilizado para posicionarse en contra de esta actuación, simplemente por la falta de verdad y de humanidad que demuestran.
La palabra humanidad en su segunda acepción por la Real Academia de la Lengua significa “sensibilidad, compasión, bondad hacia los semejantes”, algo de lo que adolecen todas estas personas que han rechazado que España sea un puerto seguro, que prefieren que estas personas mueran en el mar a que puedan seguir viviendo.
A pesar de lo que muchos puedan pensar, no se trata de un problema de racismo, a estas personas se les rechaza, simplemente porque son pobres, porque no tienen nada.
Occidente ha convertido África en un polvorín en llamas, y ahora nos negamos a dar asilo a aquellas personas que quieren salvar sus vidas de una muerte segura. De aquellos polvos estos lodos.
Estas personas son rechazadas porque son percibidas como un peligro para la estabilidad en la sociedad de acogida, los bulos montados para argumentar el rechazo son desmontados continuamente y aun así se siguen repitiendo una y otra vez. Se ha perdido la empatía, el ponerse en lugar del otro, como nos sentiríamos si fuésemos nosotros…
Europa debe actuar de manera conjunta para dar una solución a la crisis humanitaria que vive su frontera sur, un plan de acción seguro, abrir vías de salida seguras de las zonas de conflicto, y poner a su diplomacia a trabajar para eliminar los focos de violencia e injusticia que provocan el éxodo masivo de personas de sus países de origen. Sólo hay que profundizar un poco en cada conflicto abierto y ver quién se beneficia de esta situación, en su mayoría empresas multinacionales occidentales.
Terence Turner dijo “En términos de mercado todas las entidades de cualquier ámbito son sólo consumidores o productores potenciales”. Si estas personas no son percibidas ni como productores ni como consumidores, sólo pueden ser percibidos como parásitos, lo que los deshumaniza y justifica su muerte. 

El ser humano es más que un productor o un consumidor, los movimientos migratorios han sido constantes a lo largo de la historia y la humanidad se ha enriquecido de él.


Salud.

miércoles, 6 de junio de 2018

DEMOCRACIA REPRESENTATIVA.


Desde que el pasado 1 de junio saliera adelante la moción de censura presentada por el PSOE  de Pedro Sánchez, han sido muchas las personas que se han manifestado pidiendo, o exigiendo, un adelanto electoral, con el argumento de que la presidencia que hoy ostenta el socialista es ilegítima y no ganada en las urnas, eso sumado a la campaña del miedo llevada a cabo de los sectores más conservadores de la sociedad y amplificada por una parte importante de la población, demuestran el gran desconocimiento que tiene una parte importante de la ciudadanía española de los medios democráticos de los que nos hemos dotado.
 Cualquiera que haya leído mis escritos, en los últimos tiempos, sabrá que he sido y soy muy crítico con la democracia representativa instalada en nuestro país desde el 78. Abogo por un sistema de democracia directa, más horizontal y más representativo de los intereses de la mayoría de la población (MENTIRA DE DEMOCRACIALO LLAMAN DEMOCRACIA Y NO LO ES o DEMOCRACIA).
Pero hoy, estamos organizados a través de la democracia representativa y la figura de la moción de censura está registrada entre sus mecanismos.
Me ha llamado la atención mensajes como “Quiero elegir a mi presidente”, “Pedro Sánchez no ha sido elegido en las urnas”, estos mensajes demuestran un completo desconocimiento del funcionamiento de nuestro sistema electoral.
Ninguno de nosotros, desde que comenzara esta última etapa democrática en España, hemos elegido a ni uno sólo de los presidentes de los distintos gobiernos que hemos tenido, ni a uno sólo de los/las presidentes/as de comunidad autónoma, ni tan siquiera a ninguno de los alcaldes o alcaldesas que hemos tenido en España.
Los presidentes son elegidos por los diputados, los presidentes/as de las comunidades autónomas por los diputados autonómicos y los alcaldes o alcaldesas por los concejales.
Ningún sistema debe sustentarse por el desconocimiento de las personas que lo tienen que legitimar, este desconocimiento hace a la población manipulable e irreflexiva.
Esperemos que esta situación lleve a alguno o alguna a conocer los mecanismos de elección de los representantes de toda la población.
Por cierto, cuando todos estos que piden “elegir a su presidente”, descubran que el Jefe del Estado fue impuesto, les va a dar un patatús.
“El mejor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio” Winston Churchill.

viernes, 1 de junio de 2018

FRANQUICIAS POLÍTICAS.


Todos los partidos políticos nacionales tienen su expresión a nivel local, quiero decir que en cada ciudad y pueblo de España, existe una agrupación local que defiende las posturas ideológicas del partido que tiene su máxima expresión en el ámbito nacional. Aunque muchas veces, la mayoría de las veces, los responsables de estas agrupaciones locales no tengan, ni los conocimientos, ni el carisma, ni la exposición mediática de las personas que en última instancia dirigen estos partidos. En muchas ocasiones incluso los miembros de las agrupaciones locales difieren de las decisiones llevadas a cabo en su partido a nivel nacional, pero aun así, siguen defendiendo las políticas que estos partidos representan. 
 Esta situación me lleva a la conclusión de que los partidos funcionan de manera similar a las franquicias empresariales.
Una empresa forma parte de una franquicia porque la empresa matriz, le proporciona unos servicios, un estatus dentro del mercado, una marca reconocida, seguridad al consumidor, un método de trabajo, que facilita la venta de sus productos en un mercado altamente competitivo, a cambio la matriz recibe un royalty por sus servicios.
Un partido político funciona de forma similar, facilita a la agrupación local, un nombre reconocido, distintos servicios (jurídicos, políticos, publicitarios…) estatus en el panorama político, imagen de seriedad, lo que facilita la difusión de su programa a la hora de enfrentar unas elecciones y el reconocimiento del electorado.
Las franquicias son armas de doble filo, ya que si una empresa miembro de este grupo en otra localidad, o la misma empresa matriz, realiza un mal servicio o comete una ilegalidad todas las empresas que pertenecen a esta red se ven perjudicadas por culpa de la mala acción de terceros.
¿Habría alguna empresa dispuesta a formar parte de una franquicia que fuera famosa por robar a sus clientes? De darse este caso ¿no serían sospechosas todas las empresas de esta red de realizar las mismas acciones?
Una franquicia que realizara tales acciones iría sin remisión a la ruina, con la huida de todas las empresas de la marca fuera de dicha red, ya que de no desvincularse de esta marca serían sospechosos de las mismas acciones o avalarían las acciones de sus compañeros, que es casi igual.
Aquí es donde difiere el mundo empresarial del político, hoy, en 2018, tenemos un partido que ha sido considerado partícipe a título lucrativo de una trama corrupta (https://politica.elpais.com/politica/2018/05/24/actualidad/1527156370_628789.html) sin embargo no ha habido ninguna “fuga” masiva de militantes, cargos públicos, no se han cerrado sedes, nadie ha recriminado la actitud bochornosa de la “matriz”, todo lo contrario. Ante el silencio cómplice de sus afiliados y cargos públicos sólo caben dos interpretaciones: o bien justifican el hecho condenado o bien restan importancia a los hechos demostrados. En ambos casos esta actitud es deplorable.
Seguir ostentando unas siglas que han sido condenado, a mi entender, por un caso tan grave, como beneficiarse de prácticas corruptas, no hace más convertir a estas personas en cómplice del delito cometido.



Me consta que la inmensa mayoría de los afiliados  del Partido Popular son gente honesta y decente, y desde aquí les pido que actúen para que las acciones de sus dirigentes no manchen su buen nombre.
“Más vale ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira”
Mahatma Gandhi.