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martes, 28 de agosto de 2018

CÓMO ESTÁ EL PATIO.

Cada mañana nos despertamos bombardeados por malas noticias: la miseria arrastra a nuestras costas a cientos de personas que huyen de su destino en busca de un futuro mejor, la confrontación en Cataluña se ha reducido a poner y quitar lazos amarillos, provocando altercados y crispación, día sí y día no una mujer es asesinada por un hombre incapaz de soportar que la mujer es un ser humano con capacidad para tomar sus propias decisiones, los franquistas que se niegan a aceptar que en un Estado democrático no se le puede rendir honores a un dictador, salen a la luz miles de casos de pederastia por parte de sacerdotes en todo el mundo (seguro que cuando Jesús dijo: “dejad que los niños se acerquen a mí” no se refería a eso), la extrema derecha se hace cada vez más fuerte en toda Europa, propagando su mensaje de odio a una población asustada que ve como sus derechos van menguando y busca a un chivo expiatorio a quien culpar.

Ha dejado de sorprendernos que: se detengan a políticos que mientras en público animan a la población a hacer la Declaración de la Renta, evaden sus capitales a paraísos fiscales; que el Rey de España guarde su riqueza en un banco Suizo mientras sus súbditos pagamos nuestros impuestos; que los servicios públicos como la educación o la sanidad cada vez tengan menos recursos para poder dar una atención de calidad; que un trabajador muera en un accidente laboral (durante el 2017 murieron 618 trabajadores en accidentes laborales); que el empleo cada vez sea más precario (se trabajen más horas y se cobre menos); que el acceso a la vivienda cada vez sea más difícil; que tengamos que jubilarnos cada vez más tarde y que la perspectiva de poder alcanzar una pensión de jubilación se disipe entre la población más joven (una juventud que toma como referentes a parásitos sociales, protagonistas de realities o programas como mhyv, ejemplos de enriquecimiento económico sin esfuerzo, futuros “muñecos rotos” del “show business”); que sea común que muchas personas presuman de no haberse leído un libro en su vida, donde escribir sin faltas de ortografía se ha convertido en una rareza.

Las tensiones internacionales cada vez son más explícitas: con un Presidente de Estados Unidos que no duda en amenazar a naciones soberanas con una guerra de carácter nuclear, la muerte de miles de niños en guerras como la de Yemen, en Palestina o en el silenciado continente africano, el “Lawfare” contra los presidentes/as que se atreven a cuestionar los mandatos del imperio estadounidense, que ha mandado a la cárcel a Lula, al ostracismo a Correa; la financiación de grupos paramilitares en América Latina cuando la oposición es incapaz de ganar unas elecciones en Venezuela, Nicaragua o Bolivia, con el objetivo de generar la suficiente inseguridad ciudadana con la que el pueblo busque la seguridad que proporcionan los perros de presa de Estados Unidos.

El Estado Islámico propaga su doctrina de odio e intransigencia provocando atentados reduciendo así la zona gris donde viven los millones de musulmanes que no quieren saber nada de sus extremismos viéndose estigmatizados y marginados por sus vecinos con los que en muchos casos llevan viviendo décadas.
Esta es la gasolina con la que está regada la actualidad de nuestro día a día, ya sólo falta que alguien encienda la chispa.
“La más hermosa de todas la dudas es cuando los débiles y los desalentados
levantan la cabeza y dejan de creer en la fuerza de sus opresores” Bertolt Brecht

miércoles, 22 de agosto de 2018

POR UNA LEY DE EDUCACIÓN TRANSVERSAL


Desde 1970, hemos tenido en España 8 leyes educativas, desde la LGE que promulgara el tardofranquismo en 1970 hasta la polémica LOMCE de 2012 del Partido Popular. Todas las leyes, sin excepción pretenden alcanzar una mejora en la calidad educativa de nuestro país, atendiendo a las diferentes corrientes ideológicas y a distintos fines.
Todas, a mi entender, han fracasado en el intento.
Siguen existiendo un elevado porcentaje de abandono temprano de la educación-formación con respecto a la media de la Unión Europea[1], según el Instituto Nacional de Estadísticas, donde por supuesto no se profundiza en las zonas o centros escolares donde este abandono es mayor.

Por todos es conocido la existencia de Centros donde el absentismo, el abandono escolar, y los problemas conductuales son más comunes. Todas las ciudades de nuestro país tienen uno o varios Centros Educativos que podríamos incluir en esta definición. Incluso podríamos definir, sin conocer la especificidad de cada Centro, el entorno donde se ubica dentro de la Ciudad, sin riesgo de equivocarnos demasiado, zona con alto índice de desempleo, mayoritariamente con formación académica de los vecinos básica o inexistente, las personas que tienen empleo es de una baja cualificación, con casi seguridad, el porcentaje de menores que hayan pasado por la cárcel sea significativo, y con seguridad el índice de menores inmigrantes sea superior a los del resto de Centros Educativos de la localidad.
Da igual que Ley Educativa se desarrolle, si no se actúa en la zona a nivel global, con políticas de empleo, con formación para adultos y mejoras estructurales en el barrio (zonas verdes, bibliotecas, etc.). La educación es una cuestión transversal y no puede regirse por una Ley que no contemple esta transversalidad.
Para dar respuesta a estas necesidades, algunos Centros Educativos y en estrecha colaboración con las distintas Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) están poniendo en marcha proyectos que abren el Centro al barrio, la apertura de la biblioteca del Centro para su uso en horario de tarde, el uso de las pistas deportivas, clubs de lectura, etc., estas actividades invitan a toda la Comunidad Educativa a participar de las infraestructuras del Centro, pero estos proyectos son insuficientes si por parte del Estado no se facilita la integración del Centro Educativo en el Barrio, haciendo propuestas bidireccionales.
No todos los Centros Educativos tienen las mismas necesidades y el concepto de igualdad que se ha llevado a cabo hasta ahora, dotando a todos los Centros con distintas necesidades de los mismos recursos, hace que las diferencias entre los distintos Centros siga aumentando, es necesario poner en marcha políticas de equidad, que facilite los medios necesarios a los Centros que soportan mayores dificultades sociales.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo” Nelson Mandela


[1] http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925480602&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout

jueves, 9 de agosto de 2018

MENORES: VÍCTIMAS Y VERDUGOS.


El pasado día 3 de julio, Javier Urra ofreció una conferencia en el Centro Asociado de la UNED  en Motril, a la  que he tenido la suerte de acceder.
Javier Urra es psicólogo forense y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, autor de libros como: El Pequeño Dictador, Educar con Sentido Común o Primeros Auxilios Emocionales para Niños y Adolescentes, entre otros.
En mi opinión es una de las autoridades con las que contamos en este país para hablar de menores.
En este caso voy a compartir los apuntes y conclusiones que saqué después de escuchar la intervención del Sr. Urra.

MENORES: VÍCTIMAS Y VERDUGOS.
                Nacer no es un hecho solicitado, es una situación completamente azarosa, nacer en un país, en una familia determinada, nuestro color de piel… es una circunstancia completamente casual.
                Si bien, los padres y madres tenemos responsabilidad sobre nuestros hijos, esa responsabilidad es limitada, ya que el niño o niña tiene su propia responsabilidad con respecto a sus acciones. Existe un alto índice de suicidio juvenil, estamos creando jóvenes duros pero frágiles.
                Desear la felicidad, es una utopía, ya que no existe la felicidad plena, lo que provoca la continua frustración de aquellos que se marcan la felicidad como objetivo. Uno de los problemas de esta sociedad es que aspira a la perfección, pero esta es inalcanzable. Una de las características del ser humano es el “sufrimiento”, que nos distingue de los animales que únicamente pueden sentir “dolor”.
                Uno de los problemas que se plantea es que tipo de educación debemos dar a los menores, pero realmente a los que hay que educar es a los adultos. Para educar hay que tener “autoritas”, y en muchos casos sucede que se dice una cosa y se actúa de manera contraria, eso los menores lo captan y nos resta credibilidad como educadores.
MENORES COMO VÍCTIMAS.
       
         Los menores son, principalmente, víctimas. Víctimas de su entorno, de su familia, de sus propias decisiones. Uno de los principales problemas es que el maltrato al menor se encuentra invisibilizado, no se denuncian todos los casos de maltrato que se conocen, por miedo, miedo a que le quiten a la familia la tutela del menor, y a las represalias que ésta pueda tomar, etc.
                Los adultos han tomado el espacio de la juventud. Hoy nadie quiere envejecer, y no se trata únicamente del número de operaciones estéticas que se llevan a cabo con la intención de disimular la edad que realmente se tiene, sino que también se ocupan sus espacios y comportamientos, lo que genera un vacío generacional que los desestructura.
                Una frase muy recurrente, en la actualidad, es “los niños son el futuro”, esta frase es un sinsentido, ya que los niños son el presente y los adultos somos los restos del niño que fuimos. Los niños tienen entidad propia y por lo tanto tienen sus propias necesidades.
                Comunidades Autónomas como Madrid o Andalucía, se encuentran saturados con respecto a la tutela de menores. A ninguna  Comunidad Autónoma le conviene retirar la tutela de los menores de la familia, ya que se crea un problema: político, económico y social, pero realmente es que hay padres que no saben o no quieren asumir su responsabilidad.
                Debido a la falta de responsabilidad de esos padres, la sociedad debe cubrir esta carencia, ya que esa es una de las características que nos hace humanos.
                La Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, es la ley que regula la responsabilidad penal de los mayores de 14 años hasta los 18 años por la comisión de los hechos tipificados como delitos o faltas. Esta ley ha sido duramente criticada. Ya que la sociedad, con el apoyo de los medios de comunicación, pide el linchamiento, no la justicia.
                La mayor parte de los menores que son dirigidos a Fiscalía de Menores como víctimas de maltrato lo hacen a través de los médicos, sin embargo desde el profesorado no existe la misma tendencia.
Existen dos tipos de maltrato, el físico, más evidente, y el emocional.
MENORES COMO VERDUGOS.
            
    Los niños no nacen “malos”, son influenciados por su entorno, siendo la familia la entidad con mayor responsabilidad.
                En los distintos centros de protección y reforma podemos encontrar chicos con 14 años que no tienen ilusión por la vida, para cambiar esta posición debemos darle un motivo por los que vivir, hacer que se sientan útiles.
                A pesar de las críticas hacia Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores la delincuencia juvenil sigue bajando, lo que es un logro del trabajo que se hace con estos menores.
                Nos encontramos con problemas graves  que hay que atajar cuanto antes:
1.       Violencia de género:
a.       Es estructural, se da en todos los países del mundo, con respecto a esta situación nos encontramos con la “paradoja nórdica”, a pesar de que en los países nórdicos la mujer parece haber encontrado la equidad con respecto al hombre, el número de asesinatos por causas de género es mayor, en proporción, que en los países mediterráneos, lo que nos hace pensar que el mayor nivel de igualdad entre hombres y mujeres es un hecho que algunos hombres no van a tolerar.
b.      Es instrumental, la violencia es ejercida contra la pareja, pero no con todas las mujeres. 1/3 de esos hombres se termina suicidando, principalmente por dos motivos: 1) por burlar a la justicia y 2) por quedarse sin títere que manejar.
c.       Va a empeorar, cada vez se dan más separaciones, no se educa en el respeto, se aguanta menos, y no se está preparando a los niños para afrontar la ruptura de los padres.
Ante los casos de divorcios, los hombres se sienten indefensos, pero como dice Victoria Camps “la justicia no debe ser igualitaria” sino que debe favorecer a la parte más desprotegida socialmente.
Uno de los hechos que nos encontramos actualmente es que hay muchas chicas que son profundamente machistas, mostrando un comportamiento independiente en grupo pero siendo muy dependientes en lo individual.
2.       Jóvenes abducidos por el Estado Islámico, esta organización, muy activa en las redes, ha captado a muchos jóvenes, que no encontrando su propio espacio, se han dejado seducir por una propaganda que glorifica la violencia y lo encaja en un grupo social. Su tratamiento es difícil, ya que ellos no ven a un terapeuta o un profesional, ven a un infiel contra el que hay que combatir.
3.       La relación entre alcohol y menores es difícil de trabajar, ya que hay una percepción del consumo del alcohol y las drogas muy difuso, una de las propuestas que están encima de la mesa es la de sancionar a los padres, por los actos cometidos por los menores en relación a estas sustancias. Existen muchos intereses económicos creados con respecto al alcohol lo que hace difícil consensuar una campaña de concienciación para disminuir su consumo.
4.       Violencia filo-parental. Podría definirse como una patología del amor, ya que a pesar de la violencia ejercida contra los padres, es patente el amor que hay hacia ellos. Muchos de los chicos tratados en los centros de protección en relación a estas circunstancias son adoptados, por lo que es deducible que en su más corta edad han sufrido un déficit de afecto que les lleva a estar todo el día fastidiando a sus padres, con la necesidad de saber que serán queridos hagan lo que hagan. La dedicación de los padres con los chicos más conflictivos puede provocar desazón en los hermanos que sienten que no se les trata con la misma atención.
CONCLUSIÓN.
Los menores son el eslabón más frágil de nuestra sociedad, es por ello que deben ser atendidos en sus necesidades hasta que consiguen ser lo suficientemente maduros para emanciparse.
Es obligación de la familia cubrir las necesidades de los menores, no sólo físiológica y protección, sino también afectiva. Es quizás esta última, la afectiva la que genere más conflicto, ya que los menores necesitan sentirse queridos y quizás sea uno de los principales focos de conflicto filo-parental.
Los menores tienen entidad propia, generan sus propios pensamientos y toman sus propias decisiones, es por ello que es responsabilidad de los adultos dotar a estos menores de herramientas para que sus decisiones sean tomadas en base a unas premisas válidas, y evitar así conductas asociales que en nada les benefician a ellos y a su entorno.
Si la familia no es capaz de ofrecer estas herramientas, es obligación de las instituciones trabajar con el objetivo de hacer de este menor un adulto con una vida normalizada. Lamentablemente no siempre se consigue.
“Nuestros hijos deben ser ricos, pero ricos en sonrisas”.
Javier Urra.


jueves, 2 de agosto de 2018

RECURSOS PARA EL ACOGIMIENTO DE LOS MENORES EXTRANJEROS NO ACOMPAÑADOS.


El número de menores extranjeros no acompañados mensualmente a nuestras costas es significativo desde principios de la década 2000, pero el número ha ascendido exponencialmente en los últimos meses.

El procedimiento que se sigue con estos menores es el siguiente: tras ser atendidos por Cruz Roja y la Guardia Civil, son enviados a un Centro de Acogida Inmediata, mientras se gestiona su situación de desamparo y son tutelados por la Junta de Andalucía. Tras un tiempo en estos Centros son derivados a los recursos que la administración, en concreto por el equipo técnico y educativo del centro de acogida, considera más oportuno para él. Al no ser posible el acogimiento familiar, la gran mayoría de estos menores son trasladados a un Centro Residencial Básico, que será su casa hasta que cumplan la mayoría de edad. Estos Centros tienen una capacidad limitada, tanto en recursos humanos, económicos y materiales, y actualmente se encuentran totalmente desbordados. El Centro de La Concepción en la Línea, por poner un ejemplo, con capacidad para 24 menores, hoy está ocupado por 218[1] menores, lo que provoca una situación de completa incapacidad para poder realizar la actividad que deben hacer.

Estos Centros no han sido dotados de más profesionales para poder llevar a cabo un trabajo de calidad, por lo que es imposible que un educador/a pueda realizar su trabajo con garantías de éxito, donde los perdedores en primera instancia son los menores que se encuentran en el Centro. La labor de los profesionales que trabajan en estos Centros pasa totalmente desapercibida para el resto de la población, pero es fundamental para atajar la situación de estos menores.
Otra cuestión a tener en cuenta es el estado de deterioro en el que se encuentran algunos de estos Centros, “casualmente” los que se encuentran en peor estado son los Centros públicos que son gestionados directamente por la Junta de Andalucía. El Centro de Acogida Inmediata “El Cobre” de Algeciras[2], Centro de referencia para todos los que trabajan o han trabajado en este sector en la Provincia de Cádiz, tenía prevista una obra de mantenimiento desde el año 2011, que no llegó a realizarse, encontrándose ahora en un estado semiruinoso que hace imposible que haga la función para la que fue concebido y mucho menos afrontar una situación de crisis migratoria como la que vivimos a día de hoy. Lo que evidencia en qué posición de prioridades se encuentra este sector para la Junta de Andalucía.

Un tema muy comentado por la prensa ha sido como los menores abandonan el Centro que los acoge[3], lo que significa que muchos de estos menores vagan por España, sin recursos y sin protección alguna. Este es un tema de calado, ya que hay que posicionarse dentro de los objetivos de estos menores. La mayoría de las veces los menores vienen con el objetivo de trabajar para poder escapar de la miseria, en otras ocasiones buscan la protección de la administración una protección que no encuentran en su países de origen. Si un menor una vez que llega a España se le ubica en un Centro que no dispone de recursos para su protección integra, hacinado con cientos de menores en su misma situación, este menor o menores “escaparan” de nuevo de su situación para viajar a otra provincia o comunidad autónoma donde encuentren otro Centro menos saturado. En las ocasiones donde el objetivo es encontrar trabajo, las costas andaluzas no son más que la primera parada de un largo viaje. En muchos casos, a los pocos días después de reponerse y descansar, se marchan en dirección a Comunidades Autónomas con más oferta laboral como Cataluña o el País Vasco o a otros países como Francia o Alemania, lugares donde esperan tener una oportunidad para cumplir sus objetivos. Si 14 kilómetros que separan África de Europa no ha sido un impedimento para que estos menores cumplieran su objetivo, un pequeño muro no será más que un pequeño obstáculo que salvar.

De lo que hagamos hoy con estos menores dependerá la convivencia futura en nuestros pueblos y ciudades, ya que aunque algunos de ellos marchen a otros países como Francia, Alemania, Holanda… otros vuelvan a su país de origen, un número importante se quedará en España, donde hará su vida, creará una familia y se convertirán en nuestros vecinos. Para tener una convivencia cívica en un futuro será mejor que hoy les demos la oportunidad que su país de origen les negó.
Ninguno de los que hoy vemos ajenos esta realidad estamos libres de que el día de mañana nos veamos obligados a emigrar de la comodidad de nuestra vida y emprender camino hacia la búsqueda de un futuro mejor, empatizar con estas personas es la mejor forma de dar sentido a nuestra humanidad.
En mi libro “La Realidad Escondida. Aventuras y desventuras de un educador de Centros de Protección de Menores” Edit. Hilos de Emociones, cuento mi experiencia como Educador en distintos Centros de Andalucía, donde relato situaciones vividas en primera persona desarrollando mi trabajo así como la experiencia y los sueños de los menores con los que trabajé, situaciones, en algunos casos, realmente peligrosas, durante un periodo donde había un flujo de entrada de menores constante pero asumible por la administración (http://hilosdeemociones.es/producto/la-realidad-escondida/). No quiero ni imaginar que situaciones estarán viviendo los compañeros y compañeras que trabajan actualmente en los Centros que hoy están completamente desbordados y sin herramientas para poder hacer su trabajo. Sólo me queda desearles suerte a menores y educadores para cumplir sus objetivos.
“Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir
su residencia en el territorio de un Estado”.
Art. 13.1 Declaración de los Derechos Humanos.