En el tiempo
que llevamos de cuarentena, las redes sociales se han convertido en nuestra
ventana al mundo exterior, presumiblemente disponemos de más tiempo y la
mayoría de las personas lo invierten en revisar sus redes sociales con más
asiduidad, así que ante la imposibilidad de explorar el mundo real observamos
el mundo virtual, el mundo de los “otros”, las imágenes publicadas por nuestros
“seguidores”, “followers” o “amigos”.
Como hemos dicho las Redes Sociales se han convertido en nuestra ventana al
mundo o ¿no lo era ya?
Desde la
aparición de este fenómeno, nos hemos convertido vouayers de la vida de otros. Pero, ¿son realmente las imágenes
publicadas reflejo de la vida de las personas que las publican?
La búsqueda de
la pose perfecta que nos produzca la falsa sensación de bienestar originada por
un like, en la mayoría de las veces,
no son reflejo de la realidad. Son imágenes “prefabricadas” para despertar
algún tipo de emoción en aquellas personas que la ven. Si revisamos algunos
perfiles al azar de Instagram veremos fotografías donde se repiten los fondos,
las poses, los gestos… y donde únicamente cambia la ropa. Imágenes bucólicas de
las últimas vacaciones, pretenden decir “mira donde estoy y tú no”. Expresiones
de alegría que pretenden captar un momento que no siempre ha existido de manera
natural.
Siempre se ha
dicho que los “amigos pueden contarse con los dedos de una mano” sin embargo “presumimos” de tener x “amigos” en Facebook, a los que muchos
de ellos no conocemos en absoluto. Esta situación nos facilita la falsa
felicidad de no estar solos ante la pantalla del ordenador o el móvil.
Aunque bien
pueda parecer que nos asomamos al mundo a través de la pantalla la realidad es
que son las grandes corporaciones las que se asoman a nuestra vida a través de
ellas, ¿no os ha pasado nunca recibir anuncios de algún artículo que habéis
buscado previamente a través de otra plataforma? Compartimos millones de datos
personales cada vez que damos un click. Podríamos decir que las grandes
corporaciones nos conocen mejor que nosotros mismos. Se ha hecho realidad la ficción orwelliana
descrita en 1984, aunque la imagen del “Gran Hermano” no os evoca terror,
gracias al reality del mismo nombre con el que ha crecido ya la última
generación.
A través de
las Redes Sociales nos llegan miles de mensajes que nos condicionan, nos
manipulan y nos posicionan ideológica, social y económicamente. La velocidad a
la que se generan contenidos en las redes impiden la reflexión sobre esos
contenidos, haciéndonos aún más vulnerables ante estas Redes.
La
preocupación de todos los gobiernos a lo largo de la historia ha sido poder
controlar a la población, para ello se han utilizado miles de recursos:
económicos, el miedo, el ejército, etc., para finalmente vender nuestra
libertad por un poco de entretenimiento.
“Twitter te hace creer que eres sabio,
Instagram que eres fotógrafo y Facebook que tienes amigos. El despertar va a
ser muy duro” J.F. Leroy