Hace unos
meses, cayó en mis manos un pequeño libro, editado en agosto de 1939 por la
Junta Provincial Primera Enseñanza, titulado “Cursillo de orientación y
perfeccionamiento”, como tengo la costumbre de hacerme con todos los libros
relacionados con Educación, editados antes de 1950, para mí es una pequeña
joya.
En él se
percibe a primera vista que se trata de una normativa que regula la enseñanza
primaria una vez concluida la guerra civil y se encuentra dividido en las
siguientes secciones: Orientaciones Oficiales, Instrucciones de la Inspección
de Primera Enseñanza para las Escuelas de la Provincia de Madrid, Cantos
Religiosos, Patrióticos y Educativos.
La Enseñanza
Primaria vuelve a manos de la Iglesia, donde cobra una especial importancia la
exaltación de los símbolos patrióticos pero, sobre todo, lo que sin duda más me
llamó la atención, fue lo siguiente: en la página 25 dice textualmente: “Los Maestros se abstendrán de hacer uso de
las Bibliotecas escolares, hasta tanto que sean depuradas.” Con esta simple
frase, caía en desgracia la Pedagogía de Giner de los Ríos y su Escuela Nueva,
que intentaba acercar la educación primaria en España a la del resto de Europa.
Prohibir un
libro, cualquier libro, es síntoma de tutela por parte del Estado, que toma a
sus ciudadanos como personas inmaduras incapaces de discernir lo que está bien
de lo que está mal, le impide crear una mentalidad crítica y por lo tanto
dificulta el avance de un país, cualquier país.
Ningún libro es
peligroso por sí mismo, lo peligroso es leer únicamente un libro, o una simple
idea repetida en muchos libros, porque al no poder contrastar las tesis que se
exponen se corre el riesgo de caer en el dogmatismo, eliminando la oportunidad
a cualquier persona de sacar sus propias conclusiones.
La mayoría de
los libros que han sido prohibidos en los distintos países, con distintos
regímenes políticos, han sido porque estos libros han cuestionado: la moral, la
religión o el sistema político. Pero ¿Por qué estos temas no pueden ser
cuestionados? Sencillamente porque son los pilares en los que se sustenta
cualquier sistema de poder.
Una persona
capaz de pensar por sí mismo, es capaz de poner en entredicho los pilares del
sistema hegemónico.
“Cada vez que enseñes, enseña a dudar de aquello que has enseñado”
José Ortega y Gasset
@mcarmonacurtido
Un punto de vista, una premisa solo es eso un punto de vista distinto, el asunto es cuando lesiona los intereses verdaderos o falsos de los dueños del poder, entonces el observador está en peligro.
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