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miércoles, 5 de agosto de 2020

BORBONEANDO.

Las últimas noticias aparecidas de Juan Carlos de Borbón no han sido más que el desenlace lógico a toda una escalada de escándalos aparecidos en prensa desde que en 2014 se rompiera una pierna en una cacería de elefantes en Botsuana,  los primeros escándalos culminaron con la abdicación del Rey en la figura de su hijo Felipe VI.

El pasado 3 de agosto se hacía público que Juan Carlos de Borbón abandonaba España para evitar ser juzgado por evasión fiscal y el cobro ilegal de comisiones por los contratos obtenidos para empresas españolas en el Tren de Alta Velocidad de Medina a la Meca, en Arabia Saudí.

La huida del Emérito no es más que la solución típica que los Borbones han aplicado cuando las cosas se les han puesto feas en España.

La tatarabuela de Juan Carlos I, Isabel II, utilizó el mismo método cuando el descontento de todas las capas de la sociedad se hacía patente, el 30 de septiembre de 1868 huía a Francia bajo la protección de Napoleón III, llevándose con ella todas las joyas de la corona española, propiedad del Estado.

La noche del 14 al 15 de abril de 1931, tras la victoria de las fuerzas republicanas Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, partía para Roma donde viviría hasta su muerte en 1941. La partida de Alfonso XIII estaba relacionada con la investigación que el nuevo ejecutivo pretendía llevar a cabo. La reapertura del Expediente Picasso, donde se hacía responsable a Alfonso XIII del genocidio practicado contra la población marroquí en la Guerra de Marruecos, los continuos escándalos sexuales y económicos (curiosa similitud), etc., provocaron que Alfonso XIII tomara las de Villadiego y se marchara para no volver. De ahí que el ínclito Ramón María del Valle Inclán sentenciara “Los españoles han echado al último Borbón, Alfonso XIII, no por rey, sino por ladrón”.

Por lo tanto, viendo los antecedentes, no es de extrañar que el sucesor de tan nefastos monarcas tomara la misma determinación que sus antecesores. Lo que no deja de ser una paradoja es que, según todas las informaciones, se haya refugiado en la REPÚBLICA Dominicana. ¿Será esto un vaticinio de lo que está por venir?

Una cosa está clara, la maquinaria del Estado se ha puesto a trabajar en el blanqueamiento del actual monarca, Felipe VI, con el objetivo de que no se vea manchado por la imagen de su padre, y si bien es cierto que ningún hijo es culpable de los delitos que comete su padre, no es menos cierto que la opacidad que cubre a la institución de la corona hace sospechar que hay mucho más que esconder.

Mientras tanto, el pueblo seguimos pendiente de la evolución de la pandemia del Corona-Virus, curioso nombre para la pandemia que nos azota ¿será casualidad?

Para profundizar en las “aportaciones” de los Borbones desde que adquirieron la corona española recomiendo la lectura de “Hasta la coronilla. Autopsia de los Borbones” de Iñaki Errazkin.

“¡República, república siempre! Me parece la forma de gobierno más conforme con la evolución natural de los pueblos” Clara Campoamor.


martes, 17 de marzo de 2020

EL VIRUS DE LA CORONA.


A pesar de que toda la sociedad tiene todos los sentidos en la crisis del “coronavirus” hay una noticia que ha saltado a la actualidad por su gravedad y que de haberse dado en otro contexto habría supuesto una crisis política de gran envergadura.

La noticia en cuestión cita un hecho, reconocido por todos los implicados, de que el Rey Emérito Juan Carlos I, era titular de una cuenta offshore vinculada a una donación de Arabia Saudí de 65 millones de euros, si esto no fuera lo suficientemente grave, ha quedado demostrado que el heredero de esa cuenta era el actual rey Felipe VI.
En esta situación se dan varias ilegalidades, como tener una cuenta opaca en un paraíso fiscal por la que no paga los impuestos correspondientes y que dicha cuenta esté vinculada a una “donación” (comisión ilegal) de Arabia Saudí. Al mismo tiempo se dan varias situaciones inmorales, como son que una persona que ha actuado como Jefe del Estado Español defraude a dicho Estado los impuestos correspondientes a dicha cuenta, que el actual Jefe del Estado esté vinculado a dicha cuenta y que no sea posible una investigación debido al cargo de Rey que Juan Carlos I sigue ejerciendo, lo que lo dota de inviolabilidad.

Según fuentes de Zarzuela, el actual monarca, tras conocer la situación puso en conocimiento de las autoridades competentes la situación, renunció a dicha herencia tanto para él como para su hija Leonor, heredera al trono, igualmente le retiró a Juan Carlos I la asignación de la casa real que le ha correspondido hasta ahora, en un intento de alejarse de la estela de su padre.
Pero en toda esta situación hay cosas que no terminan de encajar, según el código civil en su artículo 991 “nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar y de su derecho de herencia”, por otro lado no se puede renunciar parcialmente a una herencia, por lo que el acto de Felipe VI no deja de ser una pantomima de cara a la galería.
Igualmente los partidos PP, PSOE, C´s, VOX, están bloqueando continuamente una comisión de investigación sobre las actividades económicas de Juan Carlos I, amparándose en la anteriormente mencionada inviolabilidad del monarca emérito.
La historia de Borbones en España ha estado regada de corruptelas y latrocinio, desde Felipe V, hasta Juan Carlos I, quizás el virus adherido a la corona sea este.

Podemos pensar que Felipe VI sale a su madre, aunque de la monarquía griega podemos destacar su colaboracionismo con los nazis durante la segunda guerra mundial, unos antecedentes que no deberían dejar tranquilo a ningún español.
 “Los españoles han echado al último Borbón, no por rey, sino por ladrón” Valle-Inclán.