Hace muy poco
tiempo que he tenido la suerte de participar de la Brigada Provincial que ha
acudido a los campamentos refugiados saharauis en Tinduf (Argelia). Este viaje
comienza a fraguarse cuando en junio de 2017, el Ayuntamiento de Rota recibió
al Gobernador de la Wilaya de Dajla, Salek Baba, donde solicitó que una
representación del Ayuntamiento de Rota viajara a los campamentos refugiados
para conocer de primera mano el trabajo que las Asociaciones pro-saharauis
llevan a cabo en estos campamentos de refugiados, así como las necesidades que
tienen las personas que allí viven.
Hay que
recordar que la población saharaui, en otros tiempos española, se vio obligada
a abandonar sus hogares debido a los bombardeos de la aviación marroquí en su
campaña de exterminio de la población en lo que hoy son los territorios
ocupados del Sáhara Occidental, hace ya cuarenta años.
Este viaje ha
supuesto un tremendo aprendizaje, y del que he sacado varias conclusiones que
me gustaría compartir:
En primer
lugar la capacidad de organización del pueblo saharaui. Hay que saber que hace
cuarenta años que se estableció en el desierto, partiendo de cero, había que
establecer estructuras tanto física como legislativa, en la que el Frente
Polisario ha tenido un papel fundamental. Partiendo de la base que los
saharauis son un pueblo nómada, han tenido que asentarse en la hamada, una de
las zonas más duras del desierto del Sáhara y establecer un gobierno estable.
En segundo
lugar el liderazgo incontestable del Frente Polisario, cuarenta años de
liderazgo sin oposición significativa. Todos los procesos revolucionarios han
tenido y tienen oposición, la Cuba de los Castros, la Revolución Bolivariana,
Bolivia…, pero en el caso que nos ocupa, el mensaje es unitario, con todas las
personas con las que nos hemos reunidos no encontramos un mensaje discrepante,
los mensajes se repetían continuamente y se reconocía al Frente Polisario como
único interlocutor y representante saharaui.
En tercer
lugar la claridad de su objetivo, en la permanencia en los campos de refugiados:
resistir hasta poder volver a casa. En ningún caso el pueblo saharaui se
plantea permanecer indefinidamente en el estatus de refugiado, en este sentido
el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Gali, con el
que tuvimos la suerte de reunirnos, fue taxativo, “El pueblo saharaui no está
dispuesto a permanecer de manera indefinida como un pueblo refugiado, la
paciencia se va acabando”. En ningún caso, entra en sus planteamientos ubicarse
de manera estable en Argelia ni en ningún otro país. En este sentido el
presidente de la Asociación de
Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA) Abdeslam Omar, dijo
en una reunión que mantuvimos con él en el Museo de los Derechos Humanos en
Bojador: “Le pedimos a España que no nos mande más latas de atún ni más ropa,
lo que queremos que nos envíen es la Resolución internacional con la que poder
llevar a cabo un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.”
En cuarto
lugar la hospitalidad del pueblo saharaui, son personas que cuentan con todo
tipo de carencias, pero aún así todo lo que tienen lo ponen a disposición de
quien lo pueda necesitar, desde su comida o su propia casa. Hospitalidad y
amabilidad de la que tendríamos mucho que aprender en occidente.
La situación
del pueblo saharaui es desconocida por una gran parte de la población mundial
en general y la española en particular, pero donde el gobierno español tiene
una especial responsabilidad, ya que el abandono de las instituciones españolas
del Sáhara Occidental en 1975 es lo que ha derivado que en el desierto del
Sáhara, en el Sur de Argelia exista uno de los
asentamientos de refugiados más antiguos del planeta.
Es hora de que
el Gobierno español, finalice el mandato de descolonización que recibió de la
ONU hace ya 42 años y el pueblo saharaui pueda volver a casa. Sahara Libre.
Salud.
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