Si hablamos de
“Lucha de clases” el concepto nos trae a la mente conceptos indiscutiblemente
marxistas, aunque Marx no fuera ni el primero ni el único que utilizara este
concepto, cuyo significado ya utiliza Maquiavelo allá por el siglo XVI. Pero,
para contextualizar, lo primero que haré será ver que se entiende por lucha de
clases:
Para Marx, la
lucha de clases viene determinada por la tensión y el conflicto inevitable
entre las clases sociales existentes, este conflicto histórico ha ido superando
etapas y por lo tanto se constituye como motor de la historia.
Para Weber, la
lucha de clases no es inevitable y únicamente se da en situaciones específicas
y en determinados grupos.
Es importante
entender el concepto de “clase social” para poder comprender plenamente el
funcionamiento de “la lucha de clases” y si esta se da realmente.
La clase
social es un tipo de clasificación socioeconómica que se emplea para establecer
los grupos en que se divide la sociedad de un estado. Seguiremos utilizando a
Marx y Weber para profundizar en el concepto de clase social:
Para Marx la
clase social se define desde la “relación
que tienen los individuos con los medios de producción y las formas en que
obtienen sus rendimientos económicos”.
Para Weber las
clases sociales se definen a partir de las “relaciones
y las posibilidades económicas que cada individuo tiene para tener acceso a
diferentes productos y servicios”.
A partir de
estas definiciones veremos ahora si en realidad existe una verdadera “lucha de
clases” en función de las acciones que se están llevando a cabo benefician a
una clase social o a otra o si por el contrario no tiene relevancia alguna:
En el año
2011, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero junto al Partido Popular
llevaron a cabo la reforma constitucional modificando el artículo 135, dando
prioridad al pago de la deuda bancaria por encima de cualquier otra de las
necesidades del Estado.
Entre los años
2009 y 2011 al menos 8 entidades bancarias españolas recibieron más de 350.000
millones de Euros, con el objetivo de sanear sus cuentas, dinero que salió de
las arcas públicas costeado a base de impuestos, mayoritariamente indirectos,
provocando recortes en las políticas sociales e inversiones del Gobierno.
En 2015, el
Partido Popular aprobó la Ley Orgánica de
protección de seguridad ciudadana, que limitaba el derecho de manifestación
y endurecía las penas por manifestarse.
Los
trabajadores, como clase social, tienen un modo histórico de organización para
defender sus derechos laborales, que es la afiliación sindical. Los sindicatos
han sufrido una campaña de acoso y derribo, propagando el desprestigio de los
sindicatos de clase y aupando a los sindicatos denominados “amarillos”.
Esta campaña
no habría sido posible sin la colaboración de los medios de comunicación
encargados de la manipulación mediática, es significativo como temas como:
Gibraltar, Venezuela, Nicaragua o Corea del Norte copan los noticiarios según
convenga con el objetivo de desviar la atención.
Todos estos
datos unidos a una legislación que permite que las grandes empresas apenas
coticen por sus beneficios, y cuando esta rebaja fiscal no es suficiente para
cubrir la avaricia de estas grandes empresas directamente evaden sus cuantiosos
beneficios.
Todos estos
datos nos hacen pensar que sí existe una lucha de clases, y que son las clases
dominantes las que la está llevando a cabo mientras la clase trabajadora sigue
ajena al expolio que sufre, incluso en muchos casos, defendiendo a aquellos que
actúan en contra de sus propios intereses.
“Unos predican la lucha de clases, otros la
practican vigorosamente” Bernard Shaw.
No hay comentarios:
Publicar un comentario