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miércoles, 12 de febrero de 2025

TEORÍA Y PRÁCTICA

 Reflexión sobre el uso de los teléfonos móviles en menores de edad.

Cualquier experto al que consultes te dirá que no es adecuado que un menor de 16 años tenga un dispositivo móvil, que el mundo que se abre ante el o ella es inmenso y no está preparado para poder discriminar información beneficiosa de la maliciosa.

El acceso a internet debe estar supervisado por un adulto, para guiar al menor en la navegación por el ciberespacio. Todo tipo de peligros se ciernen en torno a un teléfono móvil: bullyng, acoso sexual, abusos, chantajes, estafas… acceso a juegos de azar, pornografía, y diversos tipos de adicciones.

Todo esto está contrastado por diversas fuentes, sin embargo, evitar que un menor de 16 años no tenga móvil, es harina de otro costal. Puede que mientras el menor se encuentre en Educación Primaria mantenerlo alejado de un dispositivo móvil sea más o menos sencillo, pero una vez que da el salto a la Educación Secundaria el tema se complica significativamente.

Durante la preadolescencia el menor comienza a buscar acomodo entre su grupo de iguales, su percepción del mundo se amplía, su forma de comunicarse cambia, y los modos en los que se comunica con otras personas de su edad, se acomoda a los códigos que maneja su generación, en la que, en muchos casos, los adultos estamos vetados.

Pretender que un niño o niña que se encuentra en primero de la ESO no tenga móvil, señala al menor al ostracismo social, ya que una de las formas (una de las principales) es a través de redes sociales como WhatsApp. No disponer de un dispositivo con el que pueda mantenerse en contacto con sus iguales es “expulsarlo” de su mundo, un mundo nuevo, en el que aun tiene que hacerse un hueco.

Otra cosa, es el uso que se le de a esta nueva herramienta, ahí es donde el papel del adulto se hace imprescindible, padres, madres, profesionales de la educación, etc., juegan un papel fundamental. Orientar, guiar, mostrar como utilizar una tecnología tan avanzada puede ser lo más importante para el desarrollo equilibrado de una persona que comienza a dar sus primeros pasos en un camino tan complicado como es la preadolescencia.

Recomendar que un menor de 16 años no tenga acceso a móvil para evitar los peligros que derivan de él, es como recomendar que, para evitar tener un accidente de coche, no conduzcas.

Se hace urgente vincular la teoría al mundo real, nos va el futuro en ello.

“La educación se rehace constantemente en la praxis. Para ser tiene que estar siendo” Paulo Freire

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