El pasado día
5 de mayo se cumplían 200 años del nacimiento de Karl Marx. Karl Marx es uno de
los pensadores más importantes desde el siglo XIX hasta nuestros días,
economista, filósofo y periodista, hizo el análisis del Capitalismo más
exhaustivo hasta la fecha.
En 1989, tras
la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento del bloque soviético, Francis
Fukuyama publicó un artículo en la revista conservadora The National Interest titulado ¿El Fin de la Historia? en el
que explica, como con la desaparición de la Unión Soviética finalizaba con el
transcurso histórico de la luchas ideológicas, dando por vencedor a las
Democracias Liberales en la contienda habiendo llegado así, a lo que denominó
“El Fin de la Historia”.
Fukuyama
expone en su artículo que el Liberalismo no tiene oposición en cuanto a
atractivo por parte de la ciudadanía mundial, ya que habiendo colapsado el
bloque soviético, sólo queda como alternativa la revolución islámica de Irán o
sociedades desestructuradas y denominadas como “primitivas”, ambas opciones se
consideran poco atractivas para la mayoría de la población de Europa y Asia,
por lo que no supone un riesgo para la hegemonía del liberalismo, que se
levanta triunfal como el sistema menos malo para la sociedad, “matando”
definitivamente el marxismo como alternativa política.
Tanto en su
artículo ¿El Fin de la Historia? Como en su desarrollo posterior El
fin de la historia y el último hombre, Fukuyama recurre al concepto de
“último hombre”, que es la antítesis del “primer hombre” hegeliano, este ha
descubierto que no tiene sentido luchar por causa alguna, así como consagrar su
existencia a la realización de grandes metas o ideales. En su lugar debe experimentar
tan sólo el disfrute de su bienestar material y el goce de sus pequeños
placeres personales.
Con lo que no
contaba Fukuyama es que la caída de la Unión Soviética no era simil de la caída
del marxismo, ya que lo que se creó en la Unión Soviética fue la versión
adaptada por Lenin a la realidad rusa, expuesta en su obra ¿Qué hacer?,
una realidad alejada del devenir histórico planteado por Marx, ya que Marx
preconizaba una fase posterior al Capitalismo en la sociedad Socialista, y
Lenin actualiza esta premisa partiendo del Estado feudal que era la Rusia de
principios del siglo XX. Los acontecimientos posteriores a la Revolución Rusa:
Stalin, la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría desembocaron en el
colapso. No sin antes convertir a un país agrario basado en el latifundio y una
producción escasa, en la segunda potencia industrial a nivel mundial, contando
entre sus logros haber sido el primer país en enviar a un hombre al espacio, la
telefonía móvil, el caucho sintético o el ordenador personal.
La crisis
económica de 2008, en la que diez años después aún estamos inmersos, provocó en
2012 un aumento de las ventas del Manifiesto Comunista[1],
obra escrita por Marx y Engels en 1848, esta obra supone una “enmienda a la
totalidad” al Capitalismo, al que muchas personas se han acogido buscando las
fórmulas para encontrar un sistema más justo.
De unos años a
hoy ha aumentado la militancia en sectores (partidos, sindicatos, asociaciones)
marxistas, así como en organizaciones que sin definirse como claramente
marxistas tienen una clara influencia marxista.
En el ámbito
académico han aumentado los profesores, catedráticos o filósofos que han
revitalizado y adaptado a la actualidad las teorías marxistas con gran éxito;
Slavoj Zizek[2] por
ejemplo, consiguió que cientos de personas acudieran al Círculo de Bellas Artes
de Madrid para una de sus conferencias en junio de 2017.
El artículo de
Fukuyama sirvió como justificación filosófica para todos los desmanes
socioeconómicos que nos han traído hasta aquí, la crisis económica es el
ejemplo de que el Capitalismo ha fracasado.
¿Marx ha
muerto? Las ganas.
Salud.
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