Lecciones que todos los países deberían aprender.
La salida efectiva de Inglaterra de la Unión Europea ha acarreado unas consecuencias que no habían sido calculadas por el gobierno de Boris Johnson, entre ellas, la falta de combustible en las gasolineras inglesas por falta de transportistas, en su mayoría con pasaporte de la Unión Europea. El desabastecimiento que está sufriendo la isla ha sido una de las consecuencias del mensaje nacionalista de “Europa nos roba”, “los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo”, y demás soflamas xenófobas que alentaron el partido conservador y la ultraderechista UKIP, para motivar a la población inglesa a votar a favor de la salida de la Unión Europea.
Según la Asociación de Transporte por Carretera Británica (RHA, en inglés) existe un déficit de 100.000 transportistas en Inglaterra, déficit que era cubierto por transportistas llegados desde el resto de Europa y que ahora se han visto fuera de las rutas que llevaban a cabo en la isla. Lo que ha provocado inmensas colas en las gasolineras que aún tenían combustible y el enfado monumental de los ingleses (algún día veremos como las imágenes de desabastecimiento en Inglaterra sirven para ilustrar un nuevo bulo sobre la pobreza en Cuba o Venezuela, al tiempo).
Y es que en un mundo donde el
comercio se ha globalizado, la mano de obra también ha de hacerlo.
Una lección que debemos aprender en todo el mundo occidental, ya que nuestro “acomodado” modo de vida hace que mucha población rechace puestos de trabajos que son realizados, generalmente, por mano de obra extranjera, sumado al envejecimiento de nuestra población autóctona.
Durante el cierre de fronteras
provocado por la pandemia, se puso la voz de alerta en el campo español por la
falta de mano de obra para la recogida de las cosechas. Mano de obra, que
habitualmente, proviene de África, Europa del Este o Latinoamérica, una
similitud casi poética con el caso inglés.
Los mensajes xenófobos, racistas, etc., lanzados desde la extrema derecha española de manera explícita, y desde la derecha “moderada” de manera implícita, no dejan de ser simples mentiras con las que agitar el avispero del miedo a lo desconocido, para que la población busque en sus opciones políticas un salvador a su modo de vida, supuestamente, puesto en peligro por personas que vienen a buscar un sustento para ellas y sus familias.
Mejor nos iría, si al igual que se ha
globalizado todo el mercado nacional e internacional, viéramos la manera de
unificar esfuerzos de manera global para la mejora de las condiciones de vida
de todos los trabajadores y trabajadoras, sean de donde sean, ya que, a fin de
cuentas, la única clase que genera y distribuye la riqueza creada es la clase
trabajadora.
“Una manera más sana y productiva de
analizar las divisiones en nuestra sociedad es que los blancos de clase
trabajadora y los inmigrantes se consideren del mismo bando, contra las
corporaciones y la gente muy rica que realmente les está estafando”. Owen Jones.
Manuel
Carmona Curtido.
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