Muchas frases se atribuyen a personas que nunca la dijeron, y sin embargo, casi todo el mundo las repite hasta la saciedad, “Elemental querido Watson”, esa icónica frase del detective creado por Arthur Conan Doyle nunca fue escrita en ninguna de sus novelas; “Ladran, Sancho, luego cabalgamos” esta frase, que se atribuye a Don Quijote de La Mancha, no aparece en ninguna de las partes del Ingenioso Hidalgo escritas por Miguel de Cervantes.
Pero no solo se le atribuyen frases a personajes de
ficción, también se le atribuyen este tipo de citas a personas reales, la
icónica frase “Prefiero morir de pie, a vivir de rodillas” atribuida a Ernesto
“Che” Guevara, jamás fue dicha por él, algunas fuentes se la atribuyen a Dolores
Ibarruri, y otras fuentes apuntan que “La Pasionaria” la tomó del
revolucionario mexicano Emiliano Zapata, lo que queda demostrado que no fue
dicha por el revolucionario argentino.
Esto sucede porque alguien escribe algo y otra persona lo comparte, sin comprobar si es cierto o no, y así sucesivamente. Pero esta situación no es nueva, ya en tiempos de Inquisición, se difundían los bulos sobre que el pozo de tal o cual localidad había sido envenenado por judíos, musulmanes o gitanos, o que habían matado a un bebé en un sacrificio, el rumor corría como la pólvora y comenzaba la persecución de la comunidad señalada como culpable, sin la más mínima prueba.
Las técnicas de acusación en busca de un chivo expiatorio no han cambiado a lo largo de los años. Este verano, se produjo un apuñalamiento múltiple en la ciudad de Southampton (Inglaterra), antes de que se conocieran los responsables del apuñalamiento, se difundieron bulos, sin ninguna prueba, acusando a la población inmigrante de la acción, estos bulos provocaron una serie de manifestaciones violentas en contra de todos aquellos que no son ingleses, los bulos salieron de cuentas de redes sociales asociadas con movimientos de extrema derecha.
Unas semanas después, en Mocejón (España), un niño
de diez años, moría asesinado por apuñalamiento mientras jugaba en el
polideportivo de su pueblo, mientras se buscaba aclarar la situación por parte
de la policía, los mismos bulos hicieron su aparición culpabilizando a un grupo
de migrantes que viven en un centro de acogida de la misma localidad, ha sido
la propia familia del niño asesinado la
que ha tenido que salir a desmentir el bulo.
Del mismo modo que se siguen atribuyendo frases a
aquellos que nunca las dijeron, se perseguía a judíos, musulmanes o gitanos en
la antigüedad, se siguen fabricando bulos que funcionan por la sencilla razón
de que la mayoría de la población no se molesta en contrastar la información
que le llega.
Los creadores de estos bulos son responsables de su
creación, pero somos los demás los que tenemos la responsabilidad de
rechazarlos y no darles continuidad a través de nuestras redes sociales o
nuestro círculo, tenemos la responsabilidad de pensar por nosotros mismos.
“La multitud es
extraordinariamente influenciable y crédula. Carece de sentido crítico y lo
inverosímil no existe para ella” Sigmundo Freud.
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