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miércoles, 10 de abril de 2019

COMIENZA EL CIRCO.


Comienza la campaña electoral y voy a aprovechar estas líneas para a llevar a cabo una crítica, espero que constructiva, sobre cómo se está llevando a cabo la transmisión de los mensajes por parte de todos los partidos a nivel nacional. Aquí no voy a dejarme llevar por los “colores” ni doctrinas de partido, hablaré desde el punto de vista de “consumidor electoral” que en estas fechas es bombardeado por consignas y mensajes, la mayor parte de las veces vacíos de contenido.

He de reconocer que no me está gustando nada las distintas estrategias electorales, considero un error basar la campaña en “lo malos” que son los adversarios en vez de hacerlo en el propio programa, y como se piensa mejorar el modo de vida de los ciudadanos en caso de alcanzar el gobierno.
Lo primero que aprendí en mi época de comercial fue que: cuando un producto es malo, la única manera de que te lo compren es menospreciando el producto de la competencia, sin embargo cuando tu producto es el mejor del mercado sólo hay que explicarlo para que los clientes opten por él en vez del de la competencia, lo segundo que aprendí es que aquellos que no crean que su producto es el mejor, deberían dedicarse a otra cosa.
Siguiendo esta máxima, parece que no hay ningún “producto” bueno en campaña, todos se están dedicando a menospreciar e insultar al contrincante, hablando más de los defectos de los contrarios que de las virtudes propias.

En mis cuarenta y dos años no recuerdo una campaña electoral tan crispada como esta. ¿Dónde están las medidas en educación? ¿alguien piensa dar solución al problema de los pensionistas? ¿Cuáles son las propuestas para acabar con la precariedad laboral? Existen miles de preguntas que deberían ser resueltas durante la campaña para que los votantes puedan elegir en conciencia de lo que consideren mejor para ellos y para el resto de la sociedad.

Sin embargo, con una complicidad pasmosa por parte de los medios de comunicación, los discursos están basados en mensajes vacíos, donde se alude a las emociones de los votantes, planteando imágenes apocalípticas si gana el contrario, presentándose como el único líder mesiánico capaz de salvar a un pueblo que caería en las garras del caos si no son ellos los encargados de dirigir el país durante los próximos cuatro años.
La política ha dejado la razón a un lado para alzar las emociones, llegar al poder a través del miedo al contrario, aglutinar el voto en contra de, en vez de a favor de.
El miedo es una de las emociones más peligrosas de las que podemos generar las personas ya que es la antesala del odio.
Como votantes debemos exigir información sobre los temas que nos interesen, que nos afecten y no dejarnos manipular por aquellos que quieren el poder por el poder.
“El valor instrumental de la democracia está condicionado al compromiso del electorado con la búsqueda de la verdad” George Soros.

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