La
llegada de inmigrantes a las costas españolas comienza a tomar tintes
dramáticos, al drama propio de las personas que se juegan la vida para llegar a Europa, hay que sumar la falta de recursos para poder
atenderlos con un mínimo de humanidad.
Generalmente, la escasez de recursos
con los que cuentan los dispositivos destinados a cubrir las necesidades
básicas de estas personas es algo habitual, pero si a esto le sumamos un
incremento en el número de personas a las que atender las dificultades se disparan.
Podríamos debatir sobre la idoneidad de que
lleguen estas personas, o los medios en los que vienen, las mafias que se
enriquecen transportando en barcos masificados e infradotados por precios
astronómicos, podríamos hablar también de la
realidad que estas personas se van a encontrar tan alejada de la idea
preconcebida que tienen de la "maravillosa Europa”. Pero la realidad es
que estas personas vienen a España en las condiciones que vienen y es a
partir de esa realidad sobre la que debe partir cualquier análisis.
Todo movimiento de masas influye en los parámetros de comportamientos de la sociedad de acogida y de las personas que se asientan en la nueva sociedad. No es nada extraño, hemos adoptado tradiciones muy alejadas de nuestras estructuras culturales como: Halloween, Black Friday, el rock and roll o los pantalones vaqueros. Del mismo modo comenzaremos a compartir fiestas, músicas y vestimentas que hasta ahora nos son desconocidas.
Interesarnos por conocer otras culturas, otras manifestaciones culturales, otras vestimentas, etc., facilitará la inserción de estas personas en nuestra sociedad, minimizará el miedo a lo desconocido y se reducirán las expresiones de odio de aquellos que se niegan a ver que el mundo es más complejo de lo que sus estrechas entendederas le permiten.
El mundo está en constante cambio y
a medida que los medios de transporte evolucionan, las comunicaciones facilitan
el intercambio de información, etc., el mundo se hace más pequeño
y las personas se trasladan con mayor facilidad, haciendo que el intercambio
cultural sea inevitable.
Cuanto antes entendamos la
inevitabilidad de un futuro multicultural e intercultural mejor nos adaptaremos
a ese futuro, porque la cultura es parte indivisible de cada persona y esta evoluciona
al mismo tiempo que las personas lo hacen.
No existen culturas incompatibles,
las personas estamos condenadas a entendernos si queremos vivir en paz y eso
solo será posible si fundamentamos nuestra relación en el respeto mutuo.
“Estamos
en este mundo para convivir en armonía. Quienes lo saben no luchan entre si”
Buda
Ciertamente estamos en este mundo para convivir en armonía. Pero para ello mejor que asomarnos a la cultura de las personas que nos llegan, es mejor buscarles para preguntar cual es el motivo de su viaje. Sin necesidad de muchas preguntas descubriremos que en la mayoría de los casos se trata de una migración forzada, consecuencia de un neocolonialismo producido por los países a los que pretenden acceder. Es de Justicia recibirles e integrarnos interculturalmente.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, motivos para migrar hay, y del mismo modo que las potencias europeas deberían facilitar una migración legal y segura, estaria obligada a facilitar medios para dar a conocer la cultura de la sociedad de acogida a los migrantes debería dar a conocer la esencia cultural de las sociedades que llegan a Europa. Seria una vacuna contra el odio y la xenofobia.
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