Pretender gestionar tus propios recursos es una invitación a que te invada EEUU.
El Estado de Noruega es el propietario de los yacimientos petrolíferos noruegos, lo que le genera unos beneficios netos de unos 27 billones de euros anuales, aproximadamente, lo que le permite invertir en políticas públicas que son la envidia de todos los países que tienen el modelo de “Estado de bienestar” como referente.
Sin duda, que dentro de las fronteras de un país se
encuentren reservas de petróleo, diversos minerales o cualquier otro recurso
valioso para el funcionamiento de la sociedad, facilita la puesta en marcha y
mantenimiento de políticas sociales que beneficien y mejoren la calidad de vida
de los ciudadanos de estos países.
Utilizando el ejemplo de Noruega, el filósofo
sevillano David Pastor Vico, en su último libro (Era de Idiotas) plantea la
siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si los países del denominado Tercer Mundo
plantearan nacionalizar sus reservas naturales para gestionarlos de manera
pública, siguiendo el ejemplo noruego buscando aumentar los estándares de vida
de sus conciudadanos?
Me atrevo a responder a esta pregunta con la siguiente afirmación: los países que pretendan nacionalizar sus reservas naturales, bien sean minerales, petróleo, oro, o cualquier otra, que generalmente se encuentran en manos de empresas occidentales, se verían en el punto de mira de la “comunidad internacional” (que es un eufemismo para denominar a EEUU y sus aliados) que reclamaría la necesidad de “democratizar” dicho país.
Ese es el principal objetivo del apoyo norteamericano y de la Unión Europea a la oposición venezolana, a los países occidentales les importa bien poco que el régimen bolivariano sea o no democrático, estos mismos países que reclaman democracia para Venezuela son los mismos que apoyan regímenes autocráticos como el de Mohamed VI en Marruecos, país que lleva ocupando ilegalmente el Sáhara Occidental, o miran hacia otro lado mientras Israel realiza un genocidio en la Franja de Gaza y reverencian a los dictadores de la península arábiga, sin que la falta de democracia sea un problema para ello, existen millones de ejemplos donde la falta de democracia no es un impedimento para hacer negocios con las grandes empresas estadounidenses, francesas, británicas, etc.
Que los países del denominado Tercer Mundo quieran
seguir el ejemplo noruego para alcanzar el título de país desarrollado, es una
invitación al ejército estadounidense para que vaya a visitar el país para “democratizarlo”
y devolver el flujo de dinero a las empresas norteamericanas. Que un país se
gobierne mediante un sistema teocrático, autocrático, dictatorial, totalitario
es indiferente, siempre y cuando, la explotación de los recursos esté en manos
occidentales.
“La verdadera
independencia es deshacerse de las formas de dominación económica y política”
Thomas Sankara