La deshumanización
del adversario, es una de las estrategias que se han llevado a cabo
históricamente para desembocar en la desaparición física del contrario,
esta estrategia fue llevada a cabo por el partido Nazi en los años 30 del siglo
pasado y ha seguido siendo utilizada en otros conflictos con resultados
escabrosos, que deberían avergonzarnos como especie. Cabe recordar que Rata
fue el término con el que los Nazis identificaban a los judíos, y Cucarachas
fue el término con el que los Utus identificaban a los Tutsis a través de los
programas de radio, en uno de los mayores genocidios provocados tras la
segunda guerra mundial en Ruanda en 1994.
Desgraciadamente,
vemos como esta técnica está siendo utilizada en la actualidad
por el partido de Extrema Derecha Vox siguiendo unos patrones que,
desgraciadamente, nos recuerdan a la época más oscura de la historia de la
Europa contemporánea.
En primer
lugar se trata de crear un símil entre la cara visible del movimiento
antagónico con un animal (a ser posible con un animal que la mayoría de la
sociedad reconoce como detestable y aborrecible) en este caso las calles de
todas las ciudades aparecieron con pintadas que decían “COLETAS RATA”.
En segundo
lugar se propaga la imagen de esta persona comparándola con el animal en
cuestión, el uso de las redes sociales facilitan la difusión de la imagen
que va adentrándose en el ideario colectivo y que en muchos casos se interpreta
como una broma hiriente contra los seguidores de dicho líder político.
En tercer
lugar comienzan los ataques contra los símbolos o establecimientos
relacionados con el partido que representa esa idea política, son muchas las
sedes, tanto de Podemos como de Izquierda Unida que han sido atacadas, destacar
por su gravedad el ataque con cocteles molotov la sede de Podemos en
Cartagena (Murcia) el pasado mes de abril. Al igual que fueron atacados los
establecimientos que regentaban los judíos en Alemania en los años 30 cuando el
partido Nazi alcanzó el poder.

En cuarto
lugar, el partido de extrema derecha se presenta como víctima por
defender los “valores” tradicionales que la “izquierda” quiere hacer
“desaparecer”, es por eso que Vox va a dar un mitin, el pasado 7 de
abril, al barrio de Vallecas, un barrio con un fuerte sentimiento
antifascista y siendo conscientes que el barrio se movilizará en su contra,
viendo que no se producen disturbios, su líder, Santiago Abascal, decide romper
el cordón policial para provocar a las personas que se manifestaban en
contra del acto, haciendo que la policía tenga que cargar contra los asistentes
para ampliar el espacio de seguridad, la gente responde a la carga tirando
piedras, así Vox consigue lo que había ido a buscar a Vallecas, se muestra como
víctima de la “intolerancia de la izquierda”.

En quinto
lugar, se produce una amenaza de muerte a los representantes de las
ideas contrarias, esta amenaza se lanza como “globo sonda” para tomar el pulso
a la ciudadanía y comprobar el grado de indignación ante estas acciones, de
todas formas ¿quién se posicionaría en contra de matar a una “rata”?.
En sexto
lugar, pone en duda la objetividad de los medios de comunicación,
como demostró Rocío Monasterio en el debate de la cadena SER sobre las
elecciones para la Comunidad de Madrid.
Hasta ahora, estos
son los pasos que ha llevado a cabo la Extrema Derecha para criminalizar a
todos los que se posicionan contra sus ideas.
Este
calendario no es original de Vox sino que fue ideado por el principal
propagandista del Partido Nazi, Joseph Goebbels. Si analizamos los once
principios de la propaganda Nazi, veremos como la Extrema Derecha española lo
está siguiendo al pie de la letra, y ya sabemos a dónde nos conduce:
-
Principio de simplificación y del enemigo
único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al
adversario en un único enemigo.
-
Principio del método de contagio. Reunir
diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de
constituirse en suma individualizada.
-
Principio de la transposición. Cargar
sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con
el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan.
-
Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
-
Principio de la vulgarización. Toda
propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los
individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer,
más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de
las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad
para olvidar.
-
Principio de orquestación. La propaganda
debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente,
presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre
convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene
también la famosa frase: “si una mentira se repite lo suficiente, acaba por
convertirse en verdad”.
-
Principio de renovación. Hay que emitir
constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el
adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas
del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de
acusaciones.
-
Principio de la verosimilitud. Construir
argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda
o informaciones fragmentarias.
-
Principio de la silenciación. Acallar las
cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que
favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de
comunicación afines.
-
Principio de la transfusión. Por regla
general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya
sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales.
Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
-
Principio de la unanimidad. Llegar a
convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa
impresión de unanimidad.
Vivimos
tiempos oscuros y debemos aprender de la historia para evitar cometer los
mismos errores que en el pasado que
acabaron con millones de vidas.
“Si
todos los demócratas se hubiesen contentado con esperar, el nazismo habría
ganado la guerra” André Comte-Sponville.