Paralelismos entre el caso palestino y saharaui.
En su intervención en el VIII Foro de la Unión por el Mediterráneo que tuvo lugar el 26 y 27 de noviembre, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ha declarado la necesidad de dar solución al conflicto en Oriente Medio a través de la creación de dos Estados, Israel y Palestina. Ha criticado duramente la ocupación ilegal por parte de Israel del territorio palestino y del mismo modo ha criticado la pasividad de los organismos internacionales en la búsqueda de una solución en la que parecen estar de acuerdo: el reconocimiento del Estado palestino al mismo nivel que el Estado israelí.
Existen varios acuerdos internacionales que concluyen en esta solución para el conflicto en Oriente Medio, sin embargo Israel ha seguido ocupando territorio palestino y hacinando a la población en Gaza y Cisjordania, sin que haya tenido ningún tipo de sanción, lo que pone en entredicho la utilidad de ciertos organismos internacionales.
En una situación similar se encuentra la población saharaui, que ha visto su territorio ocupado por Marruecos desde que España abandonara a su suerte a su última colonia. Una parte importante de esta población se encuentra en los campamentos saharauis ubicados en el desierto argelino.
Diversas resoluciones de la ONU exigen que España, como potencia administradora, culmine el proceso de descolonización y realice el referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, pero ante la inacción de España y de la ONU, Marruecos continúa expoliando y reprimiendo a la población saharaui, que lleva 48 años con sus esperanzas puestas en la vía diplomática.
Tras las declaraciones de Borrell
¿qué mensaje se le manda al pueblo saharaui? ¿son necesarios 15.000 muertos
para dar solución a este asunto? ¿no han tenido suficiente paciencia los
saharauis? ¿Por qué no se finaliza el proceso de descolonización?
La situación del Sáhara Occidental
debe ocupar las agendas de los organismos internacionales antes de que sea
tarde, una crisis en el Norte de África sería más devastadora que la de Oriente
Medio y sus consecuencias en España y, por extensión, la Unión Europea son
inimaginables. En sus manos está evitarla.
“El camino de la lucha armada no es el camino que hayan escogido los
revolucionarios, sino es el camino que los opresores le han impuesto a los
pueblos. Y los pueblos entonces tienen dos alternativas: o doblegarse o luchar”
Fidel Castro.
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